-Asaid Castro

Morelia, Michoacán.- Vivir para danzar, y danzar para rezar, es el decir de los Concheros, que en una tradición cuauhtémica, resguardada en sincretismo por la iglesia católica tras la caída de Tenochtitlan; hoy en día comienzan a recobrar las raíces prehispánicas en la ciudad capital de Michoacán.

Los Mihtotianis-Yaotecatlahuis (danzantes guerreros de luz), es uno de los 3 grupos Mexicas en Morelia, que practican la danza Conchera a los pies de Catedral. Esto durante la fiesta del Señor de la Sacristía, venerado al interior del templo mayor de Morelia, donde a su vez, con su danza, honran a aquellos indígenas que murieron construyendo el monumento de cantera rosa.

Nos explica Juan Diego, jefe de grupo de los Mihtotianis, que “el nombre de Concheros, se refiere a la guitarra que se toca durante la danza, que lleva una concha de armadillo; simbolizando el resguardo de la tradición dentro de la iglesia, que es justo lo que hace el armadillo cuando se ve en peligro”.

Lo anterior refirió, sobre la supervivencia de la tradición Mexica y la evolución a la danza Conchera, que cada 1 de julio de cada año, en el interior de la Catedral, se celebra al Señor de la Sacristía; a quienes los concheros dedicaban su danza espiritual cada año, hasta finales de los 70.

Después de esta década, la Mesa principal de ancianos en Michoacán “Concheros Unión Conformidad y Conquista de Mercedes Serrano”, con una antigüedad de más de 200 años; fueron quienes comenzaron a salir del atrio de Catedral, para organizar lo que ahora se han transformado en danzas Mexicas presentes también en Pátzcuaro y Uruapan, retomando la filosofía prehispánica y dedicando sus danzas, en la actualidad, al monumento de Cuauhtémoc como el último tlatoani, en el bosque que lleva su nombre.

Lo anterior, no significa que desaparezcan los Concheros que veneran la fe católica, sino que hay quienes deciden regresar a sus raíces prehispánicas, incluso con pintura, armas e indumentaria de Mexicas Guerreros, pero siempre conviviendo en una misma conformidad, como dijo Juan Diego:

“Nuestra danza es una forma de rezar, esa es nuestra ofrenda; nuestro sudor; nuestras llagas en los pies, nuestro copal, nuestro cansancio, es una danza guerrera espiritual […]. Ahora encontramos Mexicas y Concheros en la danza, pero somos una misma familia”

“Es mi cultura, pero también tu cultura y la de todos los mexicanos”.

A decir de nuestro guía en esta tradición, asegura que las danzas de los Concheros surgieron en Querétaro, en el cerro de San Gremal en 1531, en la última guerra de chichimecas y españoles, que durante una lluvia surgió la figura de San Santiago y que ahora, se representa la caída de la gotas de lluvia con 52 Coyoleras, los cascabeles que portan en los tobillos los Concheros.

También, se puede observar que varios danzantes portan indumentarias de guerreros, donde cada pieza de vestuario porta un significado como el Maxtla (taparrabos) en los hombres, que representan el sostén, y en las mujeres el Hupilli (falda) que simboliza la conexión.

Además de esto, también se encuentran escudos y armas; el atecocolli o caracol, para llamar a los espíritus; el sahumador, que con su humo eleva los rezos al universo, y además, purifica a los participantes durante la danza; y el copilli, que porta en la cabeza de los Concheros objetos animales.

“Los elementos que porta cada danzante en su vestimenta, tienen que ver con la conquista, y honramos a la nación animal utilizando sus plumas, sus cornamentas, sus pieles. Nada es un simple adorno” Concluyó Juan Diego sobre la vestimenta, agregando que esto también tiene que ver con las tres bases del concherismo “unión, conformidad y conquista”.

Fotos Asaid Castro/ACG