Asaid Castro/ACG

Con la celebración del nacimiento del Niño Dios en diciembre, la próxima fiesta que protagoniza es la llegada del día de la Candelaria, y en la capital michoacana, ya hay quienes empiezan a vestir a sus Niños Dios, siguiendo la tradición católica.

Morelia, Michoacán. – Cruzando entre los mil y un pasillos del Mercado Independencia, existe un local que ha vestido a los Niños Dios, desde 3 décadas atrás. En el número interior 123 y el nombre de “Disfraces Arlequín”, se encuentra Lolita Cedeño, una mujer fiel a adornar al Niño Dios cada año, para el día de la Candelaria.

Con manos diestras, y niños del tamaño de un meñique en la vitrina que recibe a la clientela, dice Lolita que ellos visten a los infantes de yeso, resina, arroz y vinilo, además, ahonda en la importancia de no mal llamar al Niño Dios, como “monitos” o “figuras”.

Entre las paredes de su trabajo se alzan docenas de Niños Dios en los estantes, algunos vestidos de santos, otros preparados para ser bautizados con ropones y hasta doctores, para aquellos que llegan a pedir trabajos específicos.

  • ¿Tiene alguna anécdota guardada de alguien que le haya pedido un “monito”? Preguntamos entre risas a Lolita:

“Si tengo una de un señor. Una persona no muy grande, ni muy joven, que llegó diciendo que quería un , le dije, disculpe, son Niños Dios. , le dije “.

También cuenta, que para aquellos que no puedan comprar un Niño, también se puede adoptar, pues los que se llevan a vestir y no los recogen pasando el 2 de febrero, se ponen en adopción gratuita a las personas, así como alguna que otra prenda que llega en donación.

Unas manos especiales.

Lolita también asegura que hay Niños que solo se dejan vestir por sus manos, “¿vestir?”, le preguntamos.

“Sí, vestir. A veces, aunque la ropa que pidas para un Niño Dios, aunque sea la talla para su tamaño, no deja que se la pongas si a él le gusta. A nosotros nos los traen porque con nosotros sí se dejan vestir”.

Ay Niños Dios, que sudan, otros, que se ponen colorados cuando le abren la ropa para cambiarle a una nueva, esperando la llegada del día de la Candelaria, el 2 de febrero.

Y, aunque parezca algo de locos, señala Lolita que esto hay que “vivirlo, sentirlo y palparlo, para poder ver que realmente es real”, mientras que toma una pausa para seguir vistiendo a un Niño de tes Morena, y mostrar unos pequeños guaraches, que cabrían en decenas en sus manos.

Cuenta que, entre las tradiciones también está el bañar a los niños, y platicarles desde el corazón, para que se dejen vestir, pues esto es uno de los secretos de su negocio.

La tradición de Vestir al Niño Dios

Por otro lado, nos cuenta la locataria que la tradición es que alguien te regale un niño, previo a navidad, pues como si fuera uno de verdad, no es tan sencillo como solo ir y elegir.

“El niño tiene que ser regalado, llegan, te lo dan y tú lo aceptas. Porque es como si fuera un niño de verdad, Dios te regala un hijo”.

Tras haber pasado el primer año, se bautiza al Niño, vestido de ropón blanco, el 2 de febrero; llegado el segundo año, se lleva a confirmar, vestido de “Las palomas”; y el tercer año, se presenta, se levanta y se puede vestir de algún santo o color.

Para Lolita, 30 años se dicen pocos, pocos y rápidos. Tres décadas de vestir a Niños, no solo por comercio, sino por devoción. En septiembre, se cumplen 31 años y para nuestra comerciante, es un año más de agradecer al Niño Dios.

Fotos Asaid Castro/ACG