-Les prestan un local en Ciudad Jardín, sin agua potable.

Humberto Castillo Mercado

Alumnos de la primaria de educación indígena, Antonio Güitzimengari, toman clases de educación física en la calle, en una terraceria de la colonia, Ciudad Jardín en Morelia.

Durante siete ciclos escolares, los cuatro docentes han tenido cinco sedes, todas prestadas, es decir, ni siquiera cuentan con escuela de palitos, reconoce el profesor Ricardo Cornelio Cornelio, fundador del plantel en la que los cuatro docentes saben hablar Purhépecha e imparten clases en el dialecto.
Actualmente cuentan con una propiedad prestada donde improvisaron cuatro reducidas aulas para que los pequeños de esa zona de la ciudad, abatida por la inseguridad y la pobreza tomen clases.
Ante lo improvisado de la escuela, no hay espacio para actividades cívicas ni deportivas, de tal forma que las clases de educación física se realizan entre tierra y piedras de la calle, Ocumicho de Ciudad Jardín, al poniente de Morelia.
La improvisada escuela tampoco tiene agua potable, se abastecen con pipas de agua, pero cuando fallan, tienen severos problemas con los cuatro grupos de alumnos.

Pese a que la escuela cuenta con terreno propio en la parte alta de Ciudad Quinceo, no tienen recursos, para la edificación de aulas, y ni siquiera una alternativa o esperanza de las autoridades educativas de Michoacán.

Fotos: Humberto Castillo/ACG