Por Félix Madrigal

Morelia, Michoacán. — Desde lo simbólico y lo personal, pasando por lo visionario y lo político, la obra de Sandra Garduño, conocida artísticamente como Noche Ritmik azul, es una exploración profunda del alma femenina y del espíritu humano. Pintora desde hace más de diez años, Garduño abrazó esta disciplina con devoción desde la pandemia, luego de cerrar un ciclo personal con la medicina de la ayahuasca.

“La pintura llegó como una puerta sustituta del ‘mundo mágico’”, comenta. “Fue una manera de canalizar las visiones, de transformar mis procesos internos en imágenes.” Influenciada por el arte wixárika, las formas del mundo shipibo y artistas como Remedios Varo, Garduño encontró en el surrealismo una forma de narrativa simbólica.

Sus obras están cargadas de elementos saturados y significados personales, pero también abiertas a la interpretación del espectador. “La imagen cuenta una historia, pero cada quien la carga con su propio significado. Es un juego entre lo que yo quiero decir y lo que otros ven.”

Un ejemplo claro es su obra El sueño de Venus, inspirada en su carta astral y aspectos relacionados con Venus en Libra. “Ese cuadro habla del rescate de lo femenino, de lo que deseamos: la abundancia, la armonía, la conciencia. También de cómo eso entra en disonancia con el patriarcado autoritario y consumista que nos aplasta.”

Además de su enfoque espiritual, Garduño reconoce en la pintura una poderosa herramienta de sanación. “Es una forma de alquimizar procesos personales, de darles voz a emociones que no podemos expresar de forma lógica. A través del lenguaje simbólico del surrealismo, puedo hablar sin palabras.”

Aunque muchas de sus obras tienen una fuerte carga autobiográfica, también ha explorado la crítica política y el diseño por encargo, ajustando su lenguaje visual a otros significados que no necesariamente son propios. “La pintura también me sirve para hacer visible lo que está pasando en el mundo, lo que urge ser dicho.”

Actualmente, su interés se dirige a compartir este conocimiento con la comunidad. “Quiero enseñar a otros cómo expresar sus emociones a través del arte simbólico. El lienzo es un espacio sagrado para vaciar lo que no sabemos dónde poner. Mi propuesta es usar el arte como herramienta de bienestar, de autoconocimiento y transformación.”

Sandra Garduño invita a conocer más de su trabajo y proyectos comunitarios a través de su cuenta de Instagram: @nocheritmik.arte.

Fotos: Félix Madrigal/ ACG.