Por GUSTAVO VEGA/ Agencia de Comunicación Gráfica
Morelia, Michoacán.-Quiso rendirle un homenaje José Guadalupe Posada (creador de La Catrina) armando una figura de pan similar a la que el maestro plasmó en papel, pero el resultado fue desastroso.
Ello a pesar de que toda la noche Judith Martínez, su esposo y trabajadores de la panadería “Los Ortiz” le pusieron el mejor empeño. Lo intentaron con una “masa muerta de sal”, confiando que era “noble y generosa”, pero sólo obtuvieron una “catrina oprimida”.
Pero Judith Martínez no se rindió y aprovechando la experiencia que tenía de hacer figuras de queso, (lo cual es muy difícil de lograr una vez que el queso no se junta) poco a poco fue mejorando la técnica para hacer formas con masa de pan.
El reto lo tenía que cumplir, más por la admiración que sintió por José Guadalupe Posada, de quien por diversas lecturas se enteró que había crecido al calor de los hornos artesanales: “Unos dicen que su familia se dedicaba a la fabricación de ollas, pero otros que era la panadería su actividad principal”.
Judith Martínez recuerda que decidió que haría bien las catrinas con masa de pan, tardo muchos años en su práctica hasta que lo consiguió, sin que nadie le diera tips o recomendaciones
En Morelia es una tradición en el marco de la celebración de la Noche de Muertos asistir a la panadería “Los Ortiz”, ubicada en la calle Vicente Santa María # 1077 en la colonia Ventura Puente, para apreciar y admirar la ofrenda que colocan para la ocasión, misma que está conformada por diversas figuras de pan, que representan a diversos personales de la sociedad mexicana.
Esta ofrenda tiene ya una tradición de 30 años de ser colocada. Su fama se ha extendido en la República Mexicana, sobre todo por una publicidad de boca en boca, ya que la gente la conoce, se sorprende y la recomienda. En ella puedes encontrar catrinas de expresidentes de México; personajes revolucionarios, mujeres de la vida galante; pescadores, artistas y borrachos, entre otros.
Judith Martínez recuerda que la primera ofrenda que pusieron de figuras de pan ya en el negocio fue con una sola catrina y un pan azucarado de color. “Luego me di a la tarea de hacer presidentes de México y personajes famosos. Disfruto ver que a la gente le fascina ver nuestro trabajo. Se ríen de las actitudes y poses, se reconocen en ellas pero al mismo tiempo lo niegan”.
Sobre la diferencia con las catrinas de barro de Capula, la panadera explicó que esas son rígidas, y las de pan son flexibles: “Las de nosotros tienen movimiento y podemos plasmar en ellas acciones y actitudes humanas, además de abordar varios temas.
“En nuestras catrinas de pan jugamos con las cosas que la gente hace, pero que no acepta que las hace. Incluso, abordamos esas acciones que han llegado a ser censuradas por la misma sociedad. Ahora por la pandemia que hemos vivido, en algunas de nuestras figuras se pueden encontrar caretas y cubrebocas, de ahí que el antiguo vendedor de diablitos, ahora lo que comercializa son cubrebocas”, explicó.
Para este año hay nuevos diseños en las catrinas de pan de “Los Ortiz”, por ejemplo, algunas portan teléfonos celulares, otras pantaloncillos cortos de determinada marca (porque están de moda), sin olvidar las que llevan cubrebocas y caretas para evitar los contagios de Covid-19.
Judith Martínez desconoce el número de figuras de catrina de pan que conforman el tan afamado altar: “Hemos querido hacerlo pero nos gana la chamba y no lo concluimos”.