Héctor DIMAS

Esta semana, América se hizo de los servicios de Cristian Calderón, también conocido en el medio futbolístico nacional como “Chicote”, procedente del acérrimo rival de la escuadra de Coapa, el Club Deportivo Guadalajara, levantando el revuelo y la polémica entre los aficionados al balompié.

Las Águilas no pagaron por el “Chicote” como refuerzo debido a que lo contrató como agente libre, ergo, solamente tuvieron que arreglarse con el jugador para el tema contractual, salarios, bonos, entre otras cuestiones que quedan bajo la mesa.

Evidentemente esta no es la primera vez que los dos equipos de más convocatoria en la Liga MX, América y Chivas, realizan algún intercambio o compra-venta de jugadores entre ellos. No. Están los casos de los Sánchez, Oswaldo y Joel, Ramón Ramírez, Ricardo Peláez, y en recientes fechas, Oribe Peralta.

La identidad personal se ocupa de cuestiones filosóficas que surgen sobre nosotros mismos en virtud de que somos personas. Esto contrasta con las preguntas sobre nosotros mismos que surgen en virtud de que somos seres vivos, seres conscientes, agentes morales u objetos materiales. Muchas de estas preguntas se nos ocurren a casi todos de vez en cuando: ¿Qué soy yo? ¿Cuándo comencé? ¿Qué será de mí cuando muera? Otros son más abstrusos. Se han debatido desde los orígenes de la filosofía occidental y la mayoría de las figuras importantes han tenido algo que decir al respecto. 

El tema a veces se discute bajo el término proteico “yo”. Este término es a veces sinónimo de “persona”, pero a menudo significa algo diferente: una especie de sujeto de conciencia inmaterial e inmutable, por ejemplo (como en la frase “el mito del yo”). A menudo se utiliza sin ningún significado claro.

Desde tiempos inmemoriales, nos hemos cuestionado los estadios de la identidad. La identidad de un individuo está moldeada por él mismo. La identidad de un individuo está moldeada por la sociedad. La identidad es fija y no cambia. La identidad es fluida y cambia según el tiempo y el espacio. Siento que soy la misma persona con personas diferentes. Siento que soy una persona diferente con personas diferentes. Mi origen cultural no tiene ningún efecto sobre mi identidad. Mi origen cultural es fundamental para mi identidad. Mi origen étnico es fundamental para mi identidad. Mi origen étnico es una de las muchas cosas que conforman mi identidad.

El dinero, la mercadotecnia, las redes sociales, capitalismo (dinero), consumismo, nos han apartado de la senda de la identidad. No somos un ente, somos muchos entes, pero ninguno a la vez.