Morelia, Michoacán. – En la calle Nicolás Bravo, numero 96, a metros del mercado de El Santo Niño, Manuel Pedraza se destaca como uno de los tres maestros artesanos que mantienen viva la tradición de la cerería en la ciudad.

Normalmente su taller opera de 5 a 9 de la tarde, pero durante esta Semana Santa, para culminar su encargo, Manuel abre a las 12 del día. Sus flores de cera escamada adornarán las velas de las mujeres en la procesión del silencio este Viernes Santo.

El artesano, hombre dedicado y perfeccionista, insiste en que ningún detalle pasa desapercibido. “Si una pieza no me convence, la deshago y vuelvo a empezar”, afirma, demostrando años de ensayo y error en su oficio artesanal.

Entre técnicas y arte

Mediante la técnica del escamado, Manuel transforma la cera de abeja en delicadas flores, mientras que, con tijeras de bordar y navajas finas, corta a mano papeles picados que dotan de color y vida a sus creaciones, e incluso edificios, como el museo del estado, donde se encuentra un altar a la Dolorosa de su creación, y templos en Morelia.

A pesar de que el taller no es el más grande—su trabajo creativo contrasta con la meticulosa labor—cada rincón respira la pasión del hombre por conservar técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación.

Durante estos días sagrados, su trabajo adquiere un papel fundamental en la identidad de Morelia, pues las flores de cera se integrarán en la solemne procesión del silencio, siendo un pequeño pero esencial colaborador de la Semana Santa.

Con casi 7 años de experiencia en la cerería y el papel picado, Manuel sigue perfeccionando sus métodos. Su compromiso y minuciosidad lo han posicionado como un referente cultural que enaltece el legado artesanal de la ciudad.

Así, con cada corte preciso y cada flor cuidadosamente moldeada, el maestro artesano reafirma su rol vital en la preservación de la tradición, permitiendo que la Semana Santa de Morelia se realice con autenticidad y fervor cultural.

Fotos Asaid Castro/ACG