Hay una capilla en el Centro Histórico que no se encuentra tras las puertas de una iglesia. Se esconde en un tercer piso, a un lado de la Casa de la Cultura, entre vitrales de caballeros, damas y motivos religiosos que apenas alcanzan a verse desde la banqueta de la calle Tacubaya.
Por Asaid Castro/ACG
Morelia, Michoacán.– En la Segunda Privada de Mártires de Tacubaya, justo al lado de la Casa de la Cultura, se levanta un edificio que guarda un secreto. En su azotea, detrás de vitrales coloridos, se encuentra una capilla difícil de notar si no volteas la vista al cielo.
No hay letreros ni campanas que la anuncien; La fachada, con una puerta decorativa, deja ver una serie de 15 vitrales que contrastan con el deterioro del inmueble.



Vecinos recuerdan que ahí funcionaba la fundación Aliviando el Corazón del Mundo, de la que no se sabe mucho desde abril de 2023. En redes, su última actividad fue promocionar tratamientos dentales en una supuesta cede en Villas del Pedregal.
«Los viernes, como a las siete, todavía se juntan algunos señores, ya de la tercerda edad, aveces sale alguien de negro a avisar desde el balcón. Adentro, se oyen cantos que dicen “todos para uno y uno para todos”», relata una vecina. Ese coro, repetido entre muros cerrados, ha alimentado el misterio.
Un joven vecino asegura haber entrado por accidente, siguiendo a su gato. Afirma haber visto letrinas con agua bendita, símbolos extraños, banderas y una estatuilla de cantera. «Parecía de dos figuras, una con una especie de machete», recuerda. Cuando se intentó confirmar la historia, nadie abrió la puerta.




La capilla, dicen los vecinos, no pasa de los diez años de antigüedad. En la planta baja se conserva una placa del Colegio de Bachilleres del Estado de Michoacán fechada en noviembre de 2013, junto a otra firmada ese mismo mes por la fundación.
Desde entonces, el lugar acumula rumores. No es una iglesia tradicional ni un templo abierto al público, es, por más extraño que parezca una capilla en un tercer piso que parece existir más en la memoria oral de los vecinos que en la vida religiosa de Morelia.
Fotos Asaid Castro/ACG