Con información de Humberto Castillo Mercado y fotografías de Asaid Castro

En un sombrío escenario que refleja la cruda realidad de la lucha contra las adicciones, el Centro de Readaptación Social David Franco Rodríguez, conocido coloquialmente como Mil Cumbres, se enfrenta a una alarmante estadística: el 20 por ciento de su población carcelaria, compuesta por mil 370 reos, batalla con problemas de adicción, según informó Ignacio Mendoza Jiménez, Coordinador del Sistema Penitenciario del Estado de Michoacán.

El coordinador del sistema Penitenciario, Ignacio Mendoza, reveló esta impactante cifra durante la inauguración de la renovada cancha de fútbol dentro del recinto penitenciario. Entre los muros que albergan historias de vida truncadas por el crimen, los estragos de las adicciones también se hacen presentes. El consumo problemático de sustancias como el cristal, la heroína y la cocaína ha arrastrado a una parte significativa de los reclusos hacia un abismo del que luchan por salir.

Lo más inquietante es que estos problemas de adicción no nacieron enbtre las celdas del centro penitenciario, sino que los presos ya llevaban consigo esta carga al cruzar el umbral de la prisión.

Los desafíos que enfrenta el centro penitenciario son múltiples. Además de trabajar en la readaptación de los reclusos a la sociedad, también deben lidiar con la constante amenaza de la entrada de drogas al recinto. Todos los días, los esfuerzos por mantener un ambiente controlado y seguro se ven desafiados por los intentos de familiares de los presos por introducir sustancias prohibidas. Estos esfuerzos no solo se concentran en rehabilitar a los reos, sino también en evitar que la adicción continúe arraigada en su día a día.

El cereso de Mil Cumbres, se convertido en un reflejo de la compleja realidad del sistema penitenciario y la lucha contra las adicciones en el país. Este centro penitenciario alberga la mayor población carcelaria en la region. Sin embargo, detrás de estos números, se esconden historias de dolor, lucha y esperanza. La inauguración de la cancha de fútbol, aunque un pequeño respiro en medio de la adversidad, pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera integral los problemas de adicción que han encontrado un nicho en las celdas de esta institución.

En el enfrentamiento diario contra las adicciones y la reincidencia delictiva, el personal del centro penitenciario lucha para brindar una oportunidad real de rehabilitación a quienes han caído en las garras de las drogas. La remodelación de la cancha de fútbol, aunque un paso en la dirección correcta, es solo un reflejo de la necesidad constante de apoyo y recursos para abordar una problemática que trasciende las paredes de la prisión y se adentra en las vidas de quienes la habitan.