Morelia, Michoacán.— La aventura comienza cuando el sol aún se resiste a despedirse del cielo. Son las cinco de la tarde y un pequeño grupo de personas se reúne frente a las oficinas de Ecoturismo Morelia, en la avenida Manuel Buendía. Cada quien carga una mochila, un impermeable y algo de expectativa. Van rumbo al bosque, en busca de un espectáculo natural que parece salido de un cuento: el avistamiento de luciérnagas.

El viaje lo organiza Ecoturismo Morelia, una empresa dedicada al turismo de naturaleza que ha convertido la experiencia del avistamiento de luciérnagas en algo más que una caminata nocturna. El primer destino es Umécuaro, donde la presa y el paisaje sirven de antesala a una dosis de emoción: una tirolesa atraviesa parte del cuerpo de agua. Para llegar hay que caminar un pequeño tramo entre árboles y senderos, hasta alcanzar la plataforma de despegue. En poco más de un minuto, el cuerpo queda suspendido sobre el bosque, en una travesía aérea breve pero vibrante.



Después del vuelo, el camino continúa hacia Tres Cascadas, un centro ecoturístico enclavado en el bosque, donde cada año, entre junio y julio, se realiza el tour de avistamiento. Al llegar, un café caliente espera a los visitantes. La temperatura desciende, los insectos comienzan su canto y el cielo se oscurece. En una área techada, los guías dan la bienvenida formal al recorrido y ofrecen una explicación sobre lo que está por venir.
Ahí se presenta a Lucy, una luciérnaga que ayuda a explicar de forma amigable y clara por qué estos insectos son tan especiales. Se trata de parientes de los escarabajos, más de dos mil especies con bioluminiscencia que, según el tipo, pueden emitir luz verde o amarilla. Esa capacidad mágica de iluminar su cuerpo es resultado de una reacción química con luciferina, pero también es un fenómeno muy sensible: cualquier luz artificial puede alterarlo. Por eso, durante el recorrido está prohibido encender linternas o celulares.



El lugar también ha desarrollado prácticas para cuidar el entorno. Los baños del centro están diseñados para transformar el agua negra en gris, lo que reduce su impacto ambiental. Además, los residuos orgánicos se separan y se aprovechan para hacer composta, en un esfuerzo por mantener el equilibrio del bosque que lo rodea.
La caminata comienza poco después. Se apagan las luces y los pasos se internan en un sendero húmedo, rodeado por árboles altos y sonidos de ranas. A lo lejos se escucha el murmullo del agua que baja por las cascadas. El grupo avanza en silencio, guiado por voces que susurran indicaciones y por la esperanza de encontrar algo que no se puede forzar: el brillo espontáneo de la vida silvestre.
De pronto, ahí están. Al principio, apenas unos puntos amarillos, como si alguien encendiera lentamente una constelación entre la hojarasca. Luego, el bosque se ilumina de pequeñas luces que titilan entre el follaje. Algunas vuelan en círculos, otras flotan inmóviles, todas parecen bailar. No hay palabras, solo una pausa general.


La lluvia, ligera y pasajera, amenaza por momentos el recorrido, pero no logra opacar del todo el espectáculo. La naturaleza se reserva siempre un margen de imprevisibilidad, pero incluso cuando las condiciones no son perfectas, la experiencia deja huella.
De regreso al centro, la cena aguarda con el calor necesario tras el paseo. Cornudas recién hechas se sirven junto a una degustación de mezcal y crema de mezcal producidos en el mismo lugar. El humo de la cocinas se mezcla con las risas y la conversación. Nadie habla muy fuerte, como si todavía costara salir del hechizo del bosque.
El tour completo tiene un costo de 700 pesos por persona e incluye transporte de ida y vuelta desde Morelia, tirolesa, caminata guiada por el sendero de las luciérnagas, seguro de viajero, cena y acompañamiento de guías certificados. Para quienes desean extender la experiencia, también existe la opción de hospedarse en alguna de las cabañas del centro, con precios que van desde los 600 pesos dependiendo del tipo de alojamiento y número de personas. Algunas están diseñadas para parejas, otras para familias o grupos grandes. Hay paquetes que incluyen alimentos o actividades extra como paseos en kayak.
Muy cerca de la ciudad, a menos de una hora, aún existe un lugar donde el bosque se ilumina sin electricidad. Donde un camino oscuro se vuelve escenario de una danza milenaria. Donde las luciérnagas siguen brillando, mientras haya quien se detenga a mirar.
Fotos:Alfredo Soria/ACG