Héctor DIMAS
Como aficionados al futbol, los devotos de este deporte global, “delirio de las masas”, como diría Juan Villoro, todavía creen –o quisieran hacerlo–, en el juego limpio, en el “fair play”, y donde más allá de rivalidades edificadas en territorios, creencias y colores, el compañerismo y las buenas intenciones siguen presentes.
El pasado 28 de octubre, Rayados de Monterrey recibió al América en el Estadio BBVA, partido correspondiente a la Jornada 14 del Torneo Apertura 2023 de la Liga MX, encuentro que terminó con un marcador de 3 goles por 0 a favor del cuadro de las Águilas.
Al minuto ’58 del tiempo corrido, en un tiro de esquina a favor del América, Miguel Layún cobra y asiste en corto al uruguayo Brian Rodríguez, quien es perseguido por Jesús Gallardo, jugador del Monterrey, quien en busca de hacerse del balón engancha al sudamericano de tal forma que la rodilla de este hace un movimiento “anti-natural” espeluznante, recibiendo así el peso de Rodríguez. La escena, terrorífica per se, habla por sí misma.
Ya al finalizar el partido, el propio futbolista uruguayo, en muletas, declaró lo siguiente: “nada, nada, la verdad es que desafortunadamente tuve un encontronazo con Gallardo. Espero que se tomen las medidas que se deban de tomar, dentro del futbol eso no se puede permitir. Recibí muchos insultos y sus palabras fueron: ‘si seguís pisándola, te voy a romper. Si seguís dando taco o enganchando’, que lo que estaba haciendo era solo jugar al futbol, me iban a pegar una patada”.
Alguna vez, el paraguayo Darío Verón había sido enfático en que “lo que ocurre dentro de la cancha, se queda en la cancha”. Esto, tras un incidente que fue tachado de racismo en contra del entonces jugador del América, Carlos Darwin Quintero.
Pero, ¿hasta qué punto el futbolista debe tener este supuesto “código” entre pares si la integridad física está en juego?
Recordemos otros casos parecidos. El mítico Ramón Ramírez era la joven promesa del Santos Laguna cuando el 15 de diciembre de 1991 sufrió una artera entrada del americanista Carlos Alberto Carrillo que le dejó fuera del futbol por nueve meses. Una entrada con los tacos por delante que claramente iban a bajar al jugador.
Cómo olvidar la lesión que sufrió Cuauhtémoc Blanco, jugando para la Selección Mexicana en el Estadio Azteca, a manos del “killer” trinitario Ansil Elcock. El futbolista de Trinidad y Tobago se paró ante el Tricolor, el 8 de octubre del 2000 en un juego de eliminatoria mundialista y quebró a Blanco que era jugador del Valladolid de España. El ariete estuvo fuera de las canchas ocho meses, perdió algo de velocidad y potencia en las piernas, pero su futbol quedó intacto.
Por lo pronto, el Club América informó que el jugador Brian Rodríguez fue intervenido quirúrgicamente este 31 de octubre por el Dr. Rafael Ortega para reparar el daño sufrido en la rodilla izquierda, “el tiempo de recuperación será acorde a su evolución”.
Además, se rumoraba que el conjunto de Coapa metería una queja ante la Comisión Disciplinaria para tratar de inhabilitar a Jesús Gallardo, por lo que se entendería que la escuadra capitalina pensaría que la jugada fue de “mala leche”. Sin embargo, todo parece que las Águilas desistieron de esa jugada y optarían por dejar las cosas como estaban.
Mientras si hay mala fe o no, los aficionados al deporte seguirán debatiendo, defendiendo a capa y espada el nombre y el orgullo de los suyos, como si de hermanos de sangre se tratara. A saber.