En su cuenta de TikTok (@lupiitabedolla), comparte el proceso detrás de cada obra: lienzos que nacen de movimientos sutiles de su boca, de la paciencia del cuello que se inclina hacia un lado y de una constancia que transforma la parálisis en arte.
Por Asaid Castro/ACG
Morelia, Michoacán.- Frente a un stand donde oferta sus pinturas al interior de la Secretaría de Turismo, Lupita Bedolla sonríe, esperando clientes a quienes le interese su trabajo, uno hecho con movimientos sutiles de su boca.


Sus manos permanecen quietas sobre la silla de ruedas, pero cuando trabaja, su boca sostiene un pincel como si hubiera nacido para ello. El cuello se inclina hacia un lado, con movimientos firmes y pacientes, y en cada trazo va dejando color que revela más que un paisaje o una forma: una historia de constancia, creatividad y vida.
De la parálisis al arte
Lupita nació con parálisis cerebral infantil. Desde entonces, su movilidad es limitada: no puede mover sus extremidades ni valerse por sí misma. Habla con esfuerzo, pero siemore transmitiendo entusiasmo y determinación.
«Lo más difícil es valerme por mí misma… cada día es un reto, pero hay que seguir adelante», explica.
Hace 17 años, en un taller de su escuela especial, se acercó por primera vez a la pintura.
Una maestra le sugirió intentar con la boca, y aunque al principio dudó, pensó que no lo lograría, después de varios intentos, descubrió una de sus pasiones.Y desde entonces no se ha detenido.


Hoy, cada vez que pinta, dice que el tiempo corre más rápido. «Es algo inexplicable, porque cuando pinto me olvido de todo. Siento que el tiempo va rápido».
El ritual y el apoyo
Antes de comenzar, Lupita ejercita el cuello y la boca. La tarea es agotadora, pues sus movimientos involuntarios a veces la ponen en riesgo de golpearse.
Por eso pinta de ladito, con precisión aprendida a lo largo de los años, a pesar de que el proceso no fue sencillo, primero, practicó en servilletas de tela.
«Mi pasión era tan grande que un día le dije a mi mamá que quería pintar en un cuadro. Ella me dijo: inténtalo, porque si nunca lo intentas, nunca vas a saber».
Detrás de Lupita está su familia. Su madre, María Elena Reséndiz, es quien le acerca pinceles, pinturas y lienzos.
«Es algo muy hermoso tener una hija especial. Cuando la veo pintar me lleno de satisfacción, porque ella se siente útil, siente que puede hacer algo», dice.
Además de ayudarle en la pintura, su madre cuenta que Lupita también escribe con la nariz en el celular. Mensajes, frases inspiradas y hasta reflexiones que luego acompañan algunos de sus cuadros.
Pintar el futuro
Quienes la conocen saben que Lupita no solo es artista: es una mujer alegre, carismática y muy coqueta. Le gusta arreglarse, peinarse con la ayuda de su mamá distinto cada día, usar collares, aretes y pulseras.


Incluso se maquilla sola, colocando los cosméticos en su mano, con un poco de ayuda, para poder hacer su “Make Up”.
Dice Lupita, que su discapacidad, aunque limitante, no es determinante en su vida, y alienta a las personas en una situación similar a mirarlas como una ventaja, a no dejarse apachurrar.
«Todo está en la mente. Si tú quieres algo, lucha por ello y verás que lo puedes lograr» finaliza.
Fotos Asaid Castro/ACG