Tlalpujahua, Mich., a 7 de agosto.– En una pequeña cocina en medio del bosque que rodea a la comunidad de Santa María de los Ángeles, una nueva estufa Patsari se convirtió en mucho más que un artefacto de cocina. Representó salud, ahorro, dignidad y cuidado ambiental. Fue la número 16,000 construida por ECOLIFE Conservation en México, una organización internacional que desde 2015 trabaja con comunidades vulnerables para transformar la manera de cocinar.

La cifra simboliza un hito en un proyecto que busca sustituir los fogones abiertos por estufas limpias y seguras. “Hoy para ECOLIFE Conservation es un día sumamente importante, porque esta estufa número 16,000 es el resultado de años de trabajo, de investigación y de búsqueda por lograr una resiliencia ecológica y una transición a tecnologías más sostenibles, eficientes y que cuiden la salud de las personas y del medio ambiente”, expresó Gabriella Rosato, representante de la organización.

La beneficiaria fue Elizabeth Salazar García, quien junto a su familia cocinaba con leña desde hace décadas. “Usaba 20 kilos de leña. El humo se quedaba dentro de la casa y eso nos hacía daño”, contó emocionada. Tras participar en pruebas de eficiencia, hoy su cocina cuenta con una estufa que reduce hasta en un 50% el consumo de leña, elimina el humo del interior y permite conservar la tradición culinaria local.

La estufa Patsari, cuyo nombre significa “cuidador” en purépecha, fue desarrollada por el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA) y la UNAM. Está hecha con materiales locales como tabique, barro, arena y grava; incluye una cámara de combustión eficiente, un comal para tortillas y una chimenea que expulsa el humo al exterior. Su vida útil puede superar los cinco años y su costo ronda los cinco mil pesos, aunque en este programa se construyen sin costo para las familias, más que una cuota de recuperación de 300 pesos.

Actualmente, ECOLIFE ha instalado 16,000 estufas en Michoacán, Estado de México y Querétaro, alcanzando a más de 70 mil personas. La mayoría de estas comunidades se ubican cerca de la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, donde la deforestación amenaza gravemente el ecosistema. Por eso, cada estufa representa también una acción concreta para proteger los bosques.

“El proyecto no termina al colocar la estufa”, explicó Brenda Pineda, coordinadora del Proyecto Tsasú. “Hacemos monitoreo continuo, brindamos acompañamiento técnico y formamos redes comunitarias. Muchas mujeres que antes solo cocinaban, hoy son promotoras o incluso emprendedoras”. Y agregó: “La señora Elizabeth no solo es beneficiaria, es colaboradora: nos está ayudando a reducir emisiones y proteger el futuro de su comunidad”.

La doctora Magda Karina Salazar, del Centro de Salud de Santa María, subrayó la importancia del cambio: “Muchos creen que por estar rodeados de árboles el aire es limpio, pero cocinar con leña en espacios cerrados es como fumar una cajetilla diaria”, advirtió. Señaló que los más afectados son niños, adultos mayores y mujeres, quienes pasan más tiempo expuestos al humo. “Me da mucho gusto ver que la comunidad quiere mejorar su salud y su futuro. Esta estufa no es un lujo, es una necesidad para prevenir enfermedades”, concluyó.

Fotos: Alfredo Soria/ACG.