Morelia, Michoacán.– En las inmediaciones del Bosque Cuauhtémoc, cerca del acueducto, un singular encuentro entre la naturaleza y una estructura olvidada ha pasado desapercibido para los transeúntes.

Una celosía decorativa, que aparentemente fue colocada en un árbol hace varios años, está siendo lentamente engullida por el crecimiento del tronco, creando una imagen que fusiona lo artificial con lo orgánico.
La estructura de hierro forjado, con diseños ornamentales, ha permanecido en su lugar por un tiempo considerable, a juzgar por la manera en que el árbol ha crecido a su alrededor.

Lo que en algún momento fue un simple adorno, ahora parece ser parte integral del árbol, que ha envuelto y sostenido la celosía a medida que se expandía.

Este fenómeno es un testimonio del poder y la resiliencia de la naturaleza. A medida que el árbol continúa su desarrollo, la celosía se integra más profundamente en su corteza, demostrando cómo los elementos naturales pueden adaptarse y reabsorber objetos abandonados por el ser humano.

Fotos: Félix Madrigal / ACG.