Tlalpujahua, Michoacán.- Desde hace 25 años, José Enrique Mora cuida la capilla del Señor del Monte en Tlalpujahua. Su historia no comenzó ahí, sino desde la infancia, cuando encontró su fe jugando con una imagen de la Virgen de los Dolores. “Mi fe la encontré desde niño. Mi gente siempre ha sido de bota de Dios y de la virgen”, dice.

Fue el párroco del templo parroquial de Nuestra Señora del Carmen quien lo designó capellán de la capilla del Señor del Monte. Desde entonces, ha dedicado su vida a proteger imágenes, rescatar piezas antiguas y organizar procesiones. “Soy el mayordomo mayor y rijo a 80 mayordomos”, explica.

La capilla alberga una imagen original del siglo XVII hecha en pasta de caña, que permanece resguardada y solo se mueve una vez al año durante la fiesta. “Cuando llegué como encargado a la capilla, ese lugar donde está era una ventana. Ahí se le compuso el nicho y ahí se quedó”, relata. Solo las mayordomías tienen permiso para sacarla, y la procesión es uno de los momentos más esperados por los fieles.

Mora ha promovido la restauración y preservación de múltiples imágenes, pinturas y templos. Su enfoque está en lo antiguo. “Mi celo no es lo actual, mi celo es lo antiguo”, dice, y menciona esculturas de madera, marfil, pasta de caña y pinturas al óleo del siglo XVI que ha visto en distintos puntos del país. “He recorrido toda la República Mexicana, empezando desde nuestras raíces que son en Tzintzuntzan”.

El cuidado de las imágenes no se limita a la devoción. También organiza restauraciones con técnicas tradicionales y artesanos. “Tenemos restauradores en Pátzcuaro y en Cuitzeo. No permitimos que las pinturas salgan del pueblo, que se restauren en el mismo pueblo”, afirma.

José Enrique también ha impulsado la documentación de la historia religiosa local. Junto con los mayordomos, trabaja en un libro que reunirá datos históricos, fotografías y relatos sobre las festividades y las imágenes. “Queremos dejar un recuerdo, preceder al pueblo un libro escrito de lo pasado y lo presente”, señala. Incluso la impresión está pensada para conservar el estilo tradicional. “La imprenta que va a hacer el libro es una imprenta longeva, de las de antes”.

Además de su papel como mayordomo y capellán, José Enrique elabora vestimentas para las imágenes religiosas y organiza procesiones. “Soy el pionero de las procesiones grandes en Tlalpujahua, soy el modista de las imágenes de mi pueblo”, dice. También conserva un archivo fotográfico que ha ido reuniendo gracias a donaciones de la misma comunidad.

En 2004 organizó la procesión conmemorativa de los 400 años del Señor del Monte. Fue una de las más grandes en la historia del pueblo. “La gente está tan agradecida, es una fe impresionante”, recuerda. Y cada año, el 20 de julio, se realiza una reunión con mayordomías de distintas partes de la región para definir los trabajos que se realizarán en la capilla.

“No soy nadie en el pueblo, pero por donde yo paso: buenos días, buenas tardes, adiós, hasta luego”. Y aunque no tiene compromisos familiares, explica que su vida ha estado dedicada al culto. “Mi único compromiso era con mi madre. Murió hace dos años. Mi vida siempre le he dedicado al culto y a la fe”.

El trabajo que realiza no es remunerado ni busca reconocimiento. “No tengo un peso, no tengo nada, pero las puertas están abiertas adonde quiera. Y cuando se va a hacer algo, hay centavos para poderlo hacer. De dónde, solamente la providencia divina sabe”.

José Enrique Mora en su labor diaria: restaurar, cuidar, organizar, guardar la memoria y transmitir la fe a quienes deseen conocerla. “Yo no tengo las llaves del pueblo, pero sí tengo las cerraduras de poder entrar”.

Fotos: Alfredo Soria/ACG.