En los recónditos confines de Michoacán, un santuario natural despierta con una magia única que atrae a quienes buscan vivir una experiencia fuera de lo común. La Reserva de la Mariposa Monarca, con sus santuarios en Senguio, Sierra Chincua en Angangueo y el Rosario en Ocampo, ha abierto sus puertas para la temporada de hibernación.

En el crepúsculo, cuando las sombras se entrelazan con los secretos de la naturaleza, el bosque se convierte en un escenario misterioso. La llegada de las majestuosas mariposas monarcas, que surcan en silencio 4 mil kilómetros desde Canadá hasta este rincón encantado, teje un tapiz de intriga y maravilla.

Bajo la luz tenue de las estrellas, la Secretaría de Turismo del Estado (Sectur), dirigida por Roberto Monroy García, anticipa la llegada de aquellos que buscan sumergirse en lo desconocido. Se espera la presencia de 511,800 almas aventureras, provenientes de la República Mexicana, Estados Unidos, Colombia y Canadá, dispuestas a desvelar los secretos que esconde la Reserva.

El llamado es sutil, pero su eco resuena en el corazón de quienes anhelan experiencias místicas. La invitación está abierta para aquellos que desean descubrir el enigma detrás del vuelo de las mariposas y adentrarse en un lugar donde la naturaleza guarda sus misterios más profundos. Acompaña a las majestuosas monarcas en su danza silenciosa, y sé testigo de un espectáculo que va más allá de lo visible.

Texto y fotos: Diego González/ACG.