Morelia, Michoacán. – Entre las emociones que trae consigo la llegada de los cartuchos de película al Festival Internacional del Cine en Morelia, la capital del estado anfitrión, se convierte en el epicentro de la magia cinematográfica en su 21° edición; y, entre la carpeta de cineastas a presentarse, se asoma Guillermo Aranda, un Lazarocardenense que trae consigo a “Traslado”.

Traslado, es el cortometraje de Aranda, un joven alto, delgado, de tez morena, lentes y bajo ellos, una sonrisa que se dibuja al hablar sobre su participación en el festival.

Tiene 23 años, y casi de forma romántica, el 20-23, le ha permitido adentrarse en una de las celebraciones más grandiosas del cine mexicano actual. Su obra se une al arte de otros 9 realizadores talentosos de lo largo y ancho de Michoacán.

Para Guillermo, fue casi una espontaneidad grabar el film que lo trae a la cantera rosa de Morelia, pues inspirado por los contrastes y la atemporalidad de Güeros, de Alonso Ruizpalacios, su corto es un viaje documental que explora la procesión de La Virgen de Zapopan hacia la iglesia de San Juan de Ocotán, destacando las prácticas ritualizadas de los devotos y acentuar estas entre los contrastes blancos, negros y grises, que permite también, impulsar los sonidos casi místicos del fondo.

Un destino no escrito por su familia y la terquedad de estudiar cine, fue la suerte de nuestro michoacano, pues aunque esta pudo ser “una oportunidad para el fracaso, también fue un punto de partida” para Guillermo, y dar un revés al sueño guajiro de ser cineasta.

Un correo del Festival y letras digitales tatuadas en la memoria de Guillermo, recorren sus recuerdos mientras miraba leyendo al aire, “felicidades, tu proyecto Traslado ha sido seleccionado” contaba memo, cuando vió la notificación que cambió su vida.

Sentado en una silla blanca, entre la euforia de los realizadores, Memo, como le gusta que le digan, comparte que el estar presente ahí es ganancia suficiente para él, así como pisar el festival y presentar su cortometraje junto con los demás talentos; se muestra agradecido, pero “como dice la canción, -nunca es suficiente…-” en su viaje cinematográfico.